Aquella clase de informática, el profesor se acerco, miro la pantalla y afirmo: Estas matando moscas a cañonazos. Muy cierto. No debería haber inconveniente, pero lo hay. Porque no son moscas, sino personas y no son cañones, sino palabras. Llegamos a una síntesis. Limítate si no quieres levantar sospechas. Es mejor estar callado y parecer tonto que abrir la boca y demostrar lo contrario.
¿Es esto una contradicción? Sí.
La dialéctica no permite la limitación, no esta dentro de sus recursos. Por tanto, la salida es clara. Allá donde no vayas a desentonar, pronúnciate, llega al alma, deja que fluya energía. Siempre hay un palco disponible en el gran teatro de la vida.
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