3 de diciembre de 2013

Estrella roja

Es genial descubrir algo que te gusta hacer pero tu no sabías. Algo como... sentir. Sentir cosas que antes no sentías, que no podías imaginar siquiera.
"Yo antes era un chico racional, que muy justamente podía distinguir entre aquello que me hacía sentir bien y aquello que me hacía sentir mal. Siempre distinciones a grandes rasgos. Entonces conocí a una chica, de la cual al principio no sabía nada. Me dedique a intuir como era, a forzar a mi mente a imaginárselo... y mi mente fallaba en el intento. Sentía cada vez más curiosidad, empezaba a sentir. Pasaba el tiempo, nos vimos un día, hablamos y yo volví a sentir, ya no curiosidad si no un deseo raro que me hacía estar más activo de lo normal. Tenía ganas de echarme a correr mientras saltaba..."
Es curioso porque al principio te das cuenta de algo raro, algo que no puedes atribuirle un nombre y no estás muy seguro de qué es. Pero según va ocurriendo más a menudo lo vas reconociendo. Sentimientos de felicidad, de alegría, de nervios, de afecto, de preocupación... Hay más de los que piensas y yo todavía no los conozco todos. Hay que aprender a sentir, porque es algo precioso.

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