13 de mayo de 2014

Un pianista en el teclado

Cosas para recordar, cosas para olvidar. ¿Y si no las recordamos? ¿Y si, en cambio, las recordamos demasiado?
Ese instante que sales al escenario, la gente deja de aplaudir. Ese instante en que las tocas. Blancas ellas, un tacto suave, marfileo. Presionas ligeramente y brota un sonido hermoso.
Y sin embargo, lo recuerdas. Parece mentira que sea algo tan lucido, cuando apenas lo considerabas importante.
Tal vez lo es. Tal vez lo juzgaste demasiado rapido. Pero solo tal vez.
Todo ocurre en un instante y sin embargo ese instante es tan vivido, tan brillante que no lo puedes dejar atras. Parte del condicionamiento social, del "a mi no me pasara" pero siempre pasa.

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